sábado, 15 de marzo de 2014

Noche XVII







Como en antiguas lunas lucía
negro traje apretado sobre su cuerpo.
Suave guante ajustado a las curvas
de su cintura y a la lujuria de sus pechos.

Mi memoria trae el recuerdo de otras
noches íntimas e inolvidables.
Noches por siempre en la historia
plural y celeste de su corazón.

Fueron otros momentos y otras
circunstancias del alma y el Amor.
Fueron horas dando vitalidad a nuestras
existencias marcadas por el hastío

y la cotidianidad que nos ahogaba
en el indetenible discurrir del tiempo
y de la vida, marcada por rotaciones
de amores y ocasos, desvelos y derrotas.

Esta vez la ofrenda no fue delirante
y profunda de otras veces. Sólo nos
dejamos llevar por un río de emoción
hacia el encuentro de nuestro centro.

Esa fue una noche sin pasado y sin
gloria, humilde como el sagrado Cáliz,
en espera de sus gotas doradas;
pero mágica, como la luna, la luz y tú…

                                                                                       05/03/2014