domingo, 6 de abril de 2014

Noche XVIII












Clasificar los libros
cuando apenas caen las sombras
de la noche es querer el primer amanecer
del universo que es como decir
tú y yo juntos al despuntar la aurora.

Luego la cena casi íntima llena
de ternura y pasión contenida.
¿Acaso pensaste comed y tomad
que este es mi cuerpo y vamos
a sentirnos
en uno transformados?
Pasos de un lento ocaso
inquietaron a mi alma. Escuché
tu voz de Fata Morgana
que me llevó a ese misterioso instante 
que hay entre el silencio y la palabra.

El deseo de estar juntos nos condujo
a ese lugar que de noche es un jardín
de Ávalon y de día un reino del samsara.
Esa noche el vuelo tu colibrí fue
áspero, doloroso y urgente.
¿En qué pensabas Amore?

Los ahogados gritos de tu éxtasis
me recordaron el clamor de la amada
en el Cantar de los Cantares.
El Hacedor en su fantástica nada
mira esa conjunción del ayer y el mañana
que es tu hoy... sonríe y vuelve
a darte las claves del ser o no ser...
Lo demás es un duelo entre tu razón
y los gritos reprimidos de tus sentidos.

                                                     22/03/2014