Clasificar
los libros
cuando
apenas caen las sombras
de la
noche es querer el primer amanecer
del
universo que es como decir
tú y yo
juntos al despuntar la aurora.
Luego la
cena casi íntima llena
de ternura
y pasión contenida.
¿Acaso
pensaste comed y tomad
que este es mi cuerpo y vamos
a sentirnos
en uno
transformados?
Pasos de
un lento ocaso
inquietaron
a mi alma. Escuché
tu voz de
Fata Morgana
que me
llevó a ese misterioso instante
que hay
entre el silencio y la palabra.
El deseo
de estar juntos nos condujo
a ese
lugar que de noche es un jardín
de Ávalon
y de día un reino del samsara.
Esa noche
el vuelo tu colibrí fue
áspero,
doloroso y urgente.
¿En qué
pensabas Amore?
Los
ahogados gritos de tu éxtasis
me
recordaron el clamor de la amada
en el
Cantar de los Cantares.
El Hacedor
en su fantástica nada
mira esa
conjunción del ayer y el mañana
que es tu
hoy... sonríe y vuelve
a darte las claves del ser o no ser...
Lo demás es un duelo entre tu razón
y los gritos reprimidos de tus sentidos.
22/03/2014