domingo, 25 de mayo de 2014

Sobre danzas y velos





Medito sobre vastos momentos sin sentido.
Mi memoria es una sucesión
De amaneceres y ocasos,
Ofrendas y danzas, palabras y miradas.

Hubo un día, un altísimo y profundo día,
En que la alegría se hizo presente
Con su divina energía en tu corazón y el mío,
Dándole vida a nuestras existencias asfixiadas
En negras horas,
Inexplicables ausencias y oxidadas vigilias.
                             
La liturgia de las ofrendas
Me develó un dolor que sentías
Entre los límites del ser y la nada.
Escuché sonidos de tu pensamiento llenos
De “te quiero”,
Tu ternura llenó los vacíos
De mi sábados sin ti,
Sábados con sabor a sándalo amargo,
Y tus caricias me hicieron creer
Que la gloria y la dicha estaban en tus brazos.

En esa zona sagrada del universo
Que es el reino que hemos levantado
A fuerza de comernos una montaña de sal,
Ejecutaste esa danza que solo una dama
Llena de hastío sabe bailar
En la metáfora de un bardo enamorado.

No fuiste Ishtar dejando velo o alhaja
En cada una de las siete                                       
Puertas del infierno para conquistar
El poder sobre la vida y la muerte
Y darle vitalidad a su Tamuz, ungido
Sátiro decadente ya en los umbrales de la noche.

No percibí en ti a una Salomé
Con el furioso ritmo
De su vientre de fuego,
Atormentada por la voz del profeta
Y pidiendo como pago
Un juego de decapitaciones.

No hiciste las veces de Mata Hari
Danzarina, espía y sacrificada,
Cuyo oscuro final aún produce escozor en algunas
Páginas de las memorias de los galos.
En el acento de tus caderas no había nada
De un personaje de Wilde,
Inventor de la danza de los siete velos.

Pero danzando en mis brazos,
En ti convergieron todos los ritmos
De los cuerpos celestes, el mar, las estaciones
La vida y la música. La urdimbre celeste y
Plural del destino, a veces, ejecuta su danza como
Una ceremonia del adiós. 
                                                           11 de mayo de 2014



 karlulibros.com la mejor venta de libros nuevos y usados
         







domingo, 18 de mayo de 2014

NOCHE XX


En nuestras vidas ya están
Aquellos momentos irrepetibles
Que el tiempo le ha dado un aire irreal,
Fantástico, llenos de ternura, que emocionan
Al corazón cuando la memoria los evoca.

La cita en el café, el primer beso, la ofrenda
Inicial, la fiesta tradicional compartida,
La vivencia de un ciclo terminado y otro
Que se inicia, las fechas del mes más bello
Del calendario, celebradas juntos, los dos.

Allí, en ese lugar en donde tú y yo hemos
Visto el Universo o el Paraíso perdido y tener
La pasión ser dos... convertidos
En Uno. Nuestra historia no figura
En El Decamerón o Las Mil y una Noche,

Pero podría figurar en nuevas noches
Árabes o en Noches secretas de amor, ese libro
Que leía Ricardo Reis cuando viajaba
Más allá del Ecuador por un asunto político
O en busca de su misteriosa muerte.

Tres días separan tu nuevo amanecer
De mis palabras que aroman tu esencia
De mujer. Tres noches separan tu grito
Del mío pero un solo abril para amarnos
Por encima de todas las cosas. Ab imo pectore.

                                                            30 de abril de 2014

karlulibro.com visite su página web que estamos seguros le gustará...

NOCHE XIX







Imaginar que la conjunción
De una fecha y un deseo puede llevarnos
Más allá de la realidad es ignorar áridas
Estadías en alucinantes desiertos durante
Días y noches como un anacoreta enamorado.

Acudir a su llamado es saber
Que en sus brazos hay un abril profundo
Donde arde una rosa y se consume
Sin perdón su vida en los avatares
De días sin sentidos y noches de abandono.

Pero vencen mis sentidos mis sentidos vencen
Mis días sin ella son como un barco ebrio
Navegando en un mar de amargura llevando
En mi corazón una Troya destruida y humillada
Por la furia de una pasión griega.

Y ya en la dulce costa de su cuerpo
Saber que el vuelo del colibrí es firme
Y que las Montañas de la luna son pródigas
En leche y miel como si allí nacieran ríos siderales
Es tener la revelación de que el Paraíso

No es una metáfora sagrada sino un fragmento
De la realidad en donde su corazón y el mío
Son esferas de fuego que se funden para siempre.
¡Feliz noche amada! Que los más violentos latidos
De tu colibrí en mi mano te llenen de placer.
                                                            27 de abril de 2014

En karlulibros.com la mejor literatura de todos los tiempos