sábado, 21 de septiembre de 2013

Tríptico de un sueño roto




 
 I
Durante días y noches soñé
con susurros de olas sobre una costa lunar,
con sirenas de cruceros cargados de quimeras
zarpando hacia el lugar más bajo del planeta,
con catedrales y sus liturgias de amor y esperanzas,
con caminos empedrados en donde todavía
retumban pasos de exploradores y corsarios,
con palabras desconocidas y miradas escrutadoras,
con décimas que hablaban de un poeta
abandonado en la playa más triste del Caribe.

  II
Durante lunas y lunas imaginé una realidad
con sus complejidades, sus alegrías, sus ritos,
sus posibilidades de amaneceres y un sol haciendo
llover estrellas sobre el horizonte del mar.
Creí que viviría íntimos momentos de otoño
en tu cuerpo y en un alarde de pasión y entrega
mis labios y mi lengua
escribirían en tu alma el salmo secreto del amor.
Sí, durante lunas,
cuando mi corazón en su más perfecta soledad
soñaba con tu grito de hada e imaginaba
luz y alegría como una fiesta en el paraíso.
                
  III
Todos tenemos las llaves de la felicidad y la desdicha...
El pensamiento se convierte en acto por la voluntad
y la acción. Los deseos nadan en nuestra psíquis
como peces atrapados en la red
de las tinieblas de la mente. ¿Es tan frágil el fuego
de nuestro pensar que apenas un soplo de aire negro
apaga su llama? Ahora me acosan incesantemente

imágenes de un mar de amargura que va
y viene con sus olas salvajes,  naves que naufragan,
catedrales que se derrumban, empedrados
levantándose, puente roto, lluvia oscura,
realidad que castiga y hiere.
Entonces los sueños mueren y la poesía sangra...

                                           

No hay comentarios:

Publicar un comentario