sábado, 26 de julio de 2014

Carpe Diem





Con palabras olorosas a incienso y mirra
El Eclesiastés 9:8-11 dice que no falte el perfume
Sobre tu cabeza y que en el seol, a donde vamos todos,
No hay luces ni sabiduría y que el suceso
Y el tiempo son parte de la vida misma.
Que tus auroras sean de oro puro…
¡Carpe Diem!

Quinto Horacio Flaco en su libro 1, Oda 11,
Con epicúreos aires expresa en verso de bronce
Que la vida es breve y la belleza perecedera,
Que confiemos poco en esa conjunción del ayer
Y del hoy que es el mañana.
Vive a plenitud tu día, pues no sabes si es el último…
¡Carpe Diem!

En un villancico con sabor a tinieblas
Y horas de silicio y martirio, Juan del Encina
Aconseja que es necesario comer y beber
Hasta hartarse porque mañana viene la muerte.
Que tu apetito sea la medida de tu delicia…
¡Carpe Diem!

Garcilaso de la Vega en su soneto XXIII
Con marcado sabor italiano señala que gocemos
De la firmeza y la lozanía que da un cuerpo sano
antes que´l tiempo airado
cubra de  nieve la hermosa cumbre.
Que tus placeres sean fuente de plenitud
Y no camino de oscuridad...
¡Carpe Diem!

En el soneto 228-1582, el oscuro y luminoso Góngora,
Con el poderío de su voz, sentencia con cierto aire
De amargura, que al final de la vida nos convertiremos
en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada.
Caminemos, entonces, al borde de un misterio
Y que la nada nos sorprenda lleno de besos,
De caricias y de pura pasión por la vida…
¡Carpe Diem!

Y el gran Withman, que tanto admiró Darío,
Nos dice en uno de sus eléctricos poemas
Que No caigas en el peor error, el silencio.
Lanza un grito en una plaza o en el mercado,
Pero exprésate, que el Amor
Y la esperanza sepan que existes…
¡Carpe Diem!
                                                    26 de julio de 2014

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