domingo, 17 de agosto de 2014

Domingo de ofrenda







Dios, el azar y el destino, que tal vez
Sean lo mismo, como una santísima trinidad
De lo absoluto, urden las secretas tramas
De nuestros días para que la vida tenga
Sentido y la realidad sea una fantástica
Locura de tiempo y espacio, causas y efectos.

Este domingo tiene aires de resurrección. Hay un
Revuelo de dolientes mariposas en mi estómago,
Y esto no es más que una metáfora para la tensión
Que me produce la idea de que hoy leeré su cuerpo
Con mis dedos y en su alma escribiré un poema
Con mis besos, mi espíritu y mi amor por ella.

Y henos aquí, en un lugar que en mi fantasía
Es una habitación del palacio de Sintra. De lejos
Viene una música y ella danza queriendo integrarse
A los ritmos de mi corazón. La alzo desnuda en mis
Brazos y recorro la estancia reviviendo el mito
Del toro blanco que raptó a Europa.

Ahogado en fábulas seculares, recorro con mi lengua
Las  praderas de su vientre, su monte de Calíope
Con su corona dorada. Escucho sus quejidos
De sacerdotisa que entra en éxtasis y espera alucinada
La entrada del verso rojo en sus entrañas.

Toda pasión encierra algo de dolor, susurro en su oído
Palabras amantes, palabras que me vienen de mi sangre
Y de mis huesos, palabras que quieren decirle que nada
Tiene que temer, porque estoy allí para que se sienta
Dueña de mi vida y de mi futuro incierto.
El dolor dio paso al placer, al éxtasis, al dos en Uno.

El hombre en su infinita búsqueda de trascendencia
En un día como hoy, con super luna, con sus perseidas
O lágrimas de San Lorenzo, creó el Edén y lo pobló
De ríos prodigiosos, de Lilith, de Eva, de Adán,
De una manzana, de un árbol del saber, de una
Serpiente., de ángeles y de la caída. Ella es todo eso.
                                               10 de agosto de 2014









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