De todas las novelas escritas por Umberto Eco (1932) hasta la presente fecha lo menos que podemos decir de ellas es que sus páginas están llenas de conocimiento, fantasía e imaginación; cuya poderosa combinación logra mantener el interés del lector hasta la última página y cuando un escritor alcanza esa tres (o dos) instancias de la creación literaria podemos inferir que estamos en presencia de un autor que nos invita a un viaje peligroso, del cual regresamos con una mirada ágil y penetrante para encarar el hecho de ser humano y meditar sobre nuestra relación con el universo. En las novelas de Eco están la poesía, la filosofía, el ensayo y el kitsch; aún desde la traducción al español, su discurso se aprecia como una parodia al canon literario y juega con ese discurso para hacer lo que Foucault llamó una red textual. En La misteriosa llama de la reina Loana (Lumen, 2005) ya el nombre del primer capítulo “El mes más cruel” nos remite a La tierra baldía, el conocido poema de T.S. Eliot. Con esta estrategia convierte en cómplice al lector precavido y estimula al que no lo es, luego irán apareciendo una serie de frases y fragmentos literarios que el personaje Yambo invocará desde el fondo de su memoria, no para reconstruir su pasado, sino para justificar su presente. La intertextualidad de ese primer capítulo le dará un sentido de ficción a la realidad que vive Yambo dentro de la novela, entonces ésta se va convirtiendo en una historia de capas superpuestas, es decir, las acciones se derivan o recuerdan las aventuras realizadas por ciertos personajes de los cómics o de las historias de folletín, pero en otras ocasiones nos recuerdan a Stevenson o Conrad. En este punto me pregunté por qué Eco olvidó a Tarzán, ese inolvidable personaje del comic símbolo del coloniaje británico en África, cuando hizo un inventario de las historietas que leía Yambo en su niñez. La misteriosa llama de la reina Loana puede leerse de diversas maneras: como una novela filosófica (indagación sobre la Nada o el Ser), de iniciación (los primeros pasos de un futuro lector), de aventura (los sucesos en el Vallone), histórica (crítica al fascismo) y muchas otras que la intertextualidad nos lleve a considerar. Su lectura es recomendable en grado superlativo por cuanto nos hace reflexionar que la lectura de novelas es un punto de convergencia entre elementos culturales y la felicidad de ejercer la imaginación como una de las grandes aventuras del espíritu humano.
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