Nadie sabe cómo fue la noche de amor
Que Ulises tuvo con Penélope, antes de partir
A Troya, ni las palabras que le dijo cuando
La dejó sola a merced del tiempo y de la gloria.
Desde entonces, hay una incertidumbre
En cada viaje que realizamos; bien sea
Placentero o sentimental. Si es para
Los sentidos, la vivencia del goce y la dicha
Dejará su huella en la memoria.
Si es un vínculo ancestral que reclama
Nuestra presencia, abrimos surcos
En el corazón para no desesperarnos
Por el amor que dejamos.
Por el amor que dejamos.
El que se queda,
Hará su viaje duro y amargo
Al fondo de sí mismo, para meditar
En algún sueño irrecuperable
O en el beso ahogado en el alma
O en el beso ahogado en el alma
A la hora de la despedida.
Cuando amamos con adversidades,
Despedirnos en un terminal
De pasajeros, es un acto de sinceridad
Y valor; aún más, si nos aferramos
Despedirnos en un terminal
De pasajeros, es un acto de sinceridad
Y valor; aún más, si nos aferramos
A una máscara que no hemos podido
Quitarnos con el desamor...
Quitarnos con el desamor...
Allí, entre el bullicio de la gente
Que inicia su jornada hacia Samarcanda
O Liliput, deseamos estar con la amada,
Hacer una síntesis de los últimos
Que inicia su jornada hacia Samarcanda
O Liliput, deseamos estar con la amada,
Hacer una síntesis de los últimos
Momentos vividos a su lado,
Que nos lleve en lo más profundo
De su existencia,
Decirle cuanto la amamos
Y la extrañaremos, dejarle sembrado
En el ánimo que el día de su retorno,
Ya no habrá más penas ni olvido.
Pero hay despedidas entre amantes
Que son de hierro, con aires de funeral
Que son de hierro, con aires de funeral
Y fríos fulgores, que denotan una débil
Voluntad, amarrada a una psiquis
Vagando en el recuerdo de su perversión.
Vagando en el recuerdo de su perversión.
Sí, en las despedidas hay vasos
Comunicantes y metamorfosis
Comunicantes y metamorfosis
En acción. Nada sabemos que nos
Deparan el azar o Dios en un viaje.
La alegría de poder hablarnos,
En el espacio virtual es una bálsamo
Para una herida que no se cansa de doler.
En el espacio virtual es una bálsamo
Para una herida que no se cansa de doler.
Sin embargo, a veces se convierte
En pájaro ciego que no puede volar
En pájaro ciego que no puede volar
Con elegancia.
El silencio y la indiferencia pudieran
Ser indicio de nuestro yo hundido
Ser indicio de nuestro yo hundido
En vacíos, dudas y fracasos vitales...
29 de octubre de 2013