miércoles, 30 de octubre de 2013

Domingo 20, 4:30




Nadie sabe cómo fue la noche de amor
Que Ulises tuvo con Penélope, antes de partir
A Troya, ni las palabras que le dijo cuando
La dejó sola a merced del tiempo y de la gloria.

Desde entonces, hay una incertidumbre
En cada viaje que realizamos; bien sea 
Placentero o sentimental. Si es para
Los sentidos, la vivencia del goce y la dicha
Dejará su huella en la memoria.
Si es un vínculo ancestral que reclama
Nuestra presencia, abrimos surcos
En el corazón para no desesperarnos
Por el amor que dejamos.
El que se queda,
Hará su viaje duro y amargo
Al fondo de sí mismo, para meditar
En algún sueño irrecuperable
O en el beso ahogado en el alma
A la hora de la despedida.

Cuando amamos con adversidades,
Despedirnos en un terminal 
De pasajeros, es un acto de sinceridad
Y valor; aún más, si nos aferramos
A una máscara que no hemos podido
Quitarnos con el desamor...

Allí, entre el bullicio de la gente
Que inicia su jornada hacia Samarcanda
O Liliput, deseamos estar con la amada,
Hacer una síntesis de los últimos
Momentos vividos a su lado, 
Que nos lleve en lo más profundo 
De su existencia,
Decirle cuanto la amamos
Y la extrañaremos, dejarle sembrado
En el ánimo que el día de su retorno,
Ya no habrá más penas ni olvido.

Pero hay despedidas entre amantes 
Que son de hierro, con aires de funeral
Y fríos fulgores, que denotan una débil
Voluntad, amarrada a una psiquis 
Vagando en el recuerdo de su perversión.

Sí, en las despedidas hay vasos 
Comunicantes y metamorfosis
En acción. Nada sabemos que nos 
Deparan el azar o Dios en un viaje.
La alegría de poder hablarnos,
En el espacio virtual es una bálsamo
Para una herida que no se cansa de doler.
Sin embargo,  a veces se convierte
En pájaro ciego que no puede volar
Con elegancia.
El silencio y la indiferencia pudieran
Ser indicio de nuestro yo hundido
En vacíos, dudas y fracasos vitales...
                                                     29 de octubre de 2013




martes, 29 de octubre de 2013

Viaje al fondo de la noche














Una mujer en la mitad de su vida se encuentra
Extraviada en un bosque negro, da la impresión
Que repite o vive un terceto de un poeta florentino.
No la acompaña el divino Marón
Ni busca azarosa la entrada del clásico tártaro, sólo
Camina dando vuelta sobre el eje de su corazón.
Llega la noche y se hunde en su noche más difícil
Que es la de todas las personas solas en el planeta.
Tiene deseos de gritar su angustia, de compartirla
Con otros seres humanos, pero sabe que tiene una
Culpa ¿la culpa de sus actos o de sus pensamientos?
Aparece la depresión como una boa y le aprisiona su ánimo,
Lucha con desesperación al borde de su abismo para no caer
En el río de la desesperanza, en el círculos de los sin fe.
En su corazón está la fuerza que vence los obstáculos,
En su alma hay infinitas semillas de futuras primaveras
Y por sus venas corre la memoria y la savia de la vida
De la humanidad, que no se ha dejado aniquilar por la desdicha.
La mujer reclinada a un árbol sueña que ese árbol era el Yggdrasil.
Se hundió en sus raíces y frente a un quemado continente
Había una isla y sintió que la isla era buena y supo
Que su corazón la amaba porque la tierra tenía sabor a familia.
En su espacio onírico se abrazó al Migrad,
Allí estaba la vida en todo su esplendor y los caminos del Ser y no Ser,
Del Bien y el Mal. En su lar tuvo ansias de otras formas
De vida; y su espíritu, aún virgen, rompió con ese lazo 
Que ahogaba sus deseos de vuelo, su salto glorioso hacia la luz.
Una tormenta la llevó por un oscuro sendero
Y luego cayó en el vacío de una ilusión,
En su vertiginosa caída se le acercó un sátiro que en sus ojos tenía
El fuego de la lujuria, el vicio de la orgía; creyó en la suave
Armonía de su flauta peligrosa, en el degradado azul de su mirada.
Entonces, ella fortaleció su yo bajo una falsa percepción
De la vida. Lo dicen sus acciones, su visión de la existencia,
Su mirada inerte de cordero sacrificado. En el Midgrad
Percibió el declinar de la vida,
Sintió hostilidad hacia sí misma, los íntimos demonios de su juventud
Lo hostigaron hasta hacerla caer en la soledad, la pena y la melancolía.
Miró hacia el cielo y el peso de la inmensidad la sobrecogió,
Clavó sus pupilas en el suelo y lo que miró fue abrojos,
Contempló sus adoloridos brazos y sintió dolor en un hombro,
Reflexionó sobre su pensamiento y se supo encadenada al sátiro.
No tuvo fuerza para vislumbrar lo que había en el Asgard.
La mujer despertó y dejó atrás un bosque de sombras venenosas.
Miró hacia un horizonte y contempló la esperanza iluminada.  
                                                 20 de junio de 2012


En la distancia es...






En la distancia es cuando me doy
Cuenta que al aire de la mañana le falta
El susurro de tus labios que enamora
Y el calor de tu nombre.

En la lejanía es cuando siento al tiempo
Que avanza con sus horas
Vacías, con sus segundos de nostalgias
Y su eternidad sin sentido. 

En tu silencio de cautiva
Es cuando más recuerdo tus palabras,
El sonido de tus besos
Y tu risa de Musa luminosa.

En tu ausencia mi universo está en sombra,
Falta su única estrella.
Por ti tengo una soledad poblada
De recuerdos y deseos reprimidos.

Entonces ¿cómo decirle al corazón
Que la tarde sin tu voz es un desierto
Y que la noche es un lamento
De corazón en exilio?

¿Cómo detener mis lágrimas cuando el sueño
Se niega a acudir a mis párpados
Y la imaginación recuerda tu desnudez
De rosa y tu piel de ángel?

La distancia, la lejanía, el silencio y la ausencia
Son el infierno del amor.
Esperar, más que una esperanza... 
¿es una prueba o un adiós?




domingo, 27 de octubre de 2013

Aeropuerto 24, 8:30






Los aeropuertos son campos de emociones.
El destino y el azar reinan en sus pasillos
Y, a veces, la compañera del tiempo
Suele sentarse en un mostrador de control.

Recorrer derroteros celebérrimos o inéditos,
Es de algún modo regresar a Ítaca o descubrir
A Malacandra. Te vi alegre, consciente de ir
Al encuentro de recuerdos, de la sangre que llama
Como el abismo, de un sol que no te extraña,
De un mar que olvidó tu nombre,
De fuegos que ahora no significan nada para ti.

Te contemplé admirado, con un fondo de tristeza
Caribe que no pude ocultar. Al viajar, dejaste un amor
Crucificado a la imagen de tu cuerpo, a tus ojos
De Morgana, una cotidianidad encadenada a días
Que son puñales, a sueños y unas ansias de volar.
Dejaste una máscara calcinándose en tu ventana,
Una realidad de besos, abrazos y de horas
Cayendo en el vacío del lado oscuro del tiempo
Como lágrimas negras de ojos cansados de llorar.

Escuché una pregunta que me recordó un chat
En una noche cuando la luna aullaba a sus lobos,
Volví a oír esa grave invitación que cayó en mi alma
Como una lágrima de fuego. Aún siento su ardor.
¿Nos faltó audacia? ¿Tuvimos miedo? ¿En qué lugar
De la realidad estaba la lámpara de Aladino
Para invocar al genio y que viniera abrir las puertas
Diamantinas del palacio de tu corazón?

Casi siempre la vida nos lleva a duras mutaciones,
Como la del personaje kafkiano. La que asumimos
Cuando viajamos, no sabemos si nos convertirá
En flor o roca. Un poeta en su época más feroz
Dijo que nosotros los de entonces ya no somos
Los mismos. A contracorriente, los viajes
Nos dejan certezas e incertidumbres,
Su acción sobre nuestro yo es devastadora.
Al fin, cuando regresamos, somos tan diferentes
Que el mismo regresar ya es un misterio…  

                                      Del 24 al 27 de Noviembre de 2012

Balada para una activista insastifecha






Ese domingo, la mañana era un himno
De alegría. En el aire había una esperanza
Adornada con los cantares de la libertad.

Esa mañana, amor, la patria hostigada
Buscaba un camino.
Tu voz no se escuchó en la multitud, 
Ni fuiste un número
En la avenida llena de rebeldía.

Lo tuyo fue otro grito que  nadie puede entender,
Un grito más íntimo y universal.

Tu presencia, desapercibida, fue infinita
En un cielo que recibió tus caricias
Y las convirtió en estrellas.

Desnudos y apasionados, nos hundimos
En la soberanía de los sentidos y tú besaste
Con ansias mi esencia de varón,
Mi pecho y mis brazos; tus dientes los sentí
En mi carne trémula y tu aliento
Me hizo saber que el alma también puede ser
Una símbolo en cualquier lugar del cuerpo.

Allí, en el fragor amoroso de los cuerpos, vi tu rostro
Más luminoso y más bello que el de los ángeles
Que cuidan el Edén.

De tus gemidos nacieron
Pequeños dragones de fuego que vinieron
Unos tras otros, con la intensidad de auroras
Y ocasos que juntan sus destinos para siempre.

Sí, amor, afuera la patria humillada por la bestia.
La canalla irracional desplegaba su bajo deseo
De ir más allá de la opresión y la anarquía.

Pero en nuestra poesía física, tú tenías la fuerza
De un huracán, tus manos estaban pródigas
De ternura y de tus senos salieron palomas
Susurrando endechas de plenitud.

Ese día el asunto era amar y ser
Porque nadie sabe lo que es la patria…
Y ella, acaso, no sea más que un latido de corazón.


sábado, 26 de octubre de 2013

Ofrendas





Ofrendarnos ante una despedida
Es buscar en los besos y las caricias
Una verdad, que nos ayude a soportar
Una distancia y una espera,
Abrazado a un vacío y un silencio.
Pero también es pedir a los dioses
Ventura por la amada, que se aleja,
Y nos abandona entre las sábanas,
Aún tibias de pasión.

Es hundirnos dentro de nosotros,
Con la esperanza de no naufragar,
En la soledad y el hastío de un tiempo
Y un espacio, que serán agobiados
Por el acoso aullante de esos lobos
Hambrientos de la memoria.  

Es alimentar sueños
Que la realidad y la razón destruyen
En cada despertar de futuros días sin gloria.
Es sembrar una rosa en tierra baldía
De un abril devastado
Por otras voces, en otros ámbitos.
Ofrendarnos es atesorar
Esas ilusiones que en el pensamiento
Caen en el olvido convertidas
En vagas sombras de nada.

Ofrendarnos es querer decir llévame contigo
Como si fuera el latido de tu corazón
Que siempre te acompaña,
Es susurrar en ardiente secreto
Que estaré en una penuria emocional,
Donde habrá amaneceres y ocasos salvajes
Donde un viento helado morderá
El fuego que has dejado en mi espíritu.

Ofrendarnos antes de un viaje,
Más que una dicha,
Es un viaje sentimental
Hacia una isla ya perdida en los fríos
Confines de mi fantasía.
                                           Octubre 16 y 18 de 2013