Perdón,
Virgen de la Luz,
Por
traer a tu altar la oscuridad y no el amanecer,
Nieve negra
y no el ardiente céfiro del Caribe.
Perdón,
Señora de la Luz,
Por
amar el lenguaje, respetar la palabra
Y
tener en mi pensamiento la gramática.
Perdón,
Rosa Mística de la Luz,
Por mi
verbo apasionado que te enamora
Y espera
la semántica de tu voz para vivir.
Perdón,
Princesa de la Luz,
Por
tratar de conocer tu historia, comprenderla
Y
entender el teorema de tus acciones.
Perdón,
Cielo de la Luz,
Por no
adivinar lo que hay más allá de un signo
De
admiración y un ícono de labios fríos.
Perdón,
Pérola de la Luz,
Por
desear compartir la nostalgia de tus pasos
Y
dejar en ti otro recuerdo de la ciudad y el mar.
Perdón,
Arcángel de la Luz,
Por no
conocer tus sueños de ver juntos
Un
querubín de vino en la Catedral.
Perdón,
Musa de la Luz,
Por
tener este aire de canalla que te hace
Imaginar
tormentos en montes de calvario.
Perdón,
Amore de la Luz,
Por
tantas cosas impropias para tu forma de ser.
Pero… gracias por este silencio en llamas.
15 de
diciembre de 2012
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