Sentir que la noche se ha ido
Ver la mañana abrirse como una flor
En medio de un desierto
Pensar que en algún lugar de la avenida
Húmeda por el rocío de una nube de ángeles
Estabas esperando
Con tu corazón en su cárcel arterial
Latiendo a cien pulsiones por segundo.
Verte entre la gente somnolienta
De nocturnos ríos
Llamarte no sé si con la voz
Con el pensamiento o simplemente
Con la fuerza de los que se aman
Meditar que el Destino
Y el vertiginoso suceder
Apuran sus victorias porque la vida
Es una red fantástica de causalidades
Y sintagmas de discursos amorosos.
Bella estabas entonces
Con esos labios que siempre
Parecen estar pidiendo otros labios
Para la cópula de lenguas
Con tu magnífica cabellera absoluta
De perfume y aurora triunfal
Con tu mirada que hace imaginar
Un fuego perfecto que alumbre
Tu complejo mundo interior
Poblado de deseos sueños y esa ansia
De libertad que desfallece
En cada tarde como un sol frío
Dispuesto a renacer al conjuro de tu voz.
Y luego el ir y devenir
Las horas que corren hacia el nadir
La ciudad en todo el esplendor
De sus íntimas contradicciones
La ciudad que escuchó
Tu primer gemido de abril y que amas
A pesar de su locura y de sus espacios
Donde reina el azar
El momento del alimento que nos hizo
Respirar una atmósfera de erotismo
Los libros los besos furtivos
El primer recorrido en colectivo
Como si viajáramos fuera del tiempo
En una montaña rusa.
Parecíamos revivir una escena proustiana
En una montaña rusa.
Parecíamos revivir una escena proustiana
La dicha de estar juntos
Las sonrisas de sabernos uno
Los breves roces que gritaban
Sus necesidades de recorrer
Las zonas sagradas donde yace
Las zonas sagradas donde yace
La rosa de fuego y se levanta
Como un monumento el sagrado
Cayado que parte en dos el Mar Rojo.
Lo demás sólo tú puedes leerlo en el libro
Que está escrito en la memoria de tu alma.
7 de octubre de 2013
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