Ofrendarnos ante una despedida
Es buscar en los besos y las caricias
Una verdad, que nos ayude a soportar
Una distancia y una espera,
Abrazado a un vacío y un silencio.
Pero también es pedir a los dioses
Ventura por la amada, que se aleja,
Y nos abandona entre las sábanas,
Aún tibias de pasión.
Es hundirnos dentro de nosotros,
Con la esperanza de no naufragar,
En la soledad y el hastío de un tiempo
Y un espacio, que serán agobiados
Por el acoso aullante de esos lobos
Hambrientos de la memoria.
Es alimentar sueños
Que la realidad y la razón destruyen
En cada despertar de futuros días sin gloria.
Es sembrar una rosa en tierra baldía
De un abril devastado
Por otras voces, en otros ámbitos.
Ofrendarnos es atesorar
Esas ilusiones que en el pensamiento
Caen en el olvido convertidas
En vagas sombras de nada.
Ofrendarnos es querer decir llévame contigo
Como si fuera el latido de tu corazón
Que siempre te acompaña,
Es susurrar en ardiente secreto
Que estaré en una penuria emocional,
Donde habrá amaneceres y ocasos salvajes
Donde un viento helado morderá
El fuego que has dejado en mi espíritu.
Ofrendarnos antes de un viaje,
Más que una dicha,
Es un viaje sentimental
Hacia una isla ya perdida en los fríos
Confines de mi fantasía.
Octubre
16 y 18 de 2013
Tristemente bello.
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