Ella
estaba de nuevo con ese vestido
Que
evoca a esas seductoras divas de los años
Dorados
de Hollywood la abracé y sentí que debajo
Del
tejido ya su piel estaba dispuesta para el amor como
Un
místico manto para la plegaria y la transfiguración.
Besé
su boca en busca del tiempo perdido
Con
el frenesí de los desposeídos tuve su lengua
Jugando
con mi lengua y sus labios con los míos
Hacían
esos toques temblorosos y apasionados
Que
nos hacía percibir en ese despliegue de oralidad
Que
solo los que no se aman ponen crueles limitaciones
¡Al
goce del cuerpo al encuentro de las almas!
Cada
noche es única e irrepetible
En
tu memoria puede estar el destello de una luz
El
rumor de unas alas alzando un vuelo nocturno
El
cálido temblor de mi mano acariciando
La
honda negrura de tu cabellera
Pero
tu noche de anoche quedará escrita
En
tu corazón como esa temporalidad en
donde verbo
Pasión
y realidad te hicieron saber de manera distinta
Que
el fuego que hace arder tus venas y tus sentidos
Es
un don sagrado íntimo y maravilloso llamado Amor.
En
la penumbra del espacio en que estábamos yo sentí
Tu
desnudez de clavel tu intenso gemido de deseo
El
apasionado destello de tu oscura mirada
Tus
ansiosas manos sobre la lumbre encendida llevándola
Al
centro perfecto de tu esencia de mujer.
Y
ya en esa corriente vital y poderosa
Que
nos llevó a la esfera de la unidad al grito del Ser
A
la presencia de los ángeles escuchamos
Al
fondo no sé si por casualidad del destino
O
un designio del Hacedor
El
Bolero de Ravel en el frenesí de su clímax.
20 al 21 07 2012
cerodriguezs@hotmail.com