De
tu corazón al mío hay una distancia
Y
un tiempo poblados de imágenes y sueños
Que
viven del pretérito sabor de un beso, del fuego
Absoluto
de abrazos siderales, de ofrendas
En
el lado oscuro de la luna y de las estrellas.
Entre
mi alma y la tuya hay mares sin puertos,
Universos
desconocidos, abismos donde mi amor
Se
hunde con la fe y la esperanza de encontrar días
Luminosos,
horas íntimas y segundos memorables.
A
nuestros espíritus lo separan continentes extraños
Poblados
de máscaras y ritos, negros sábados,
Baladas
de regreso y fuga, palabras que conducen
A
lugares sin fin, sentimientos sin ternura
Ni
piedad por el cuerpo ansioso de luz,
Deseos
como palomas que se pierden
En
bosques sin amaneceres y ocasos.
En
nuestros cuerpos hay un clamor de ausencia,
Un
querer volver al Paraíso, un revuelo de ángeles
En
rebelión, placeres que gritan su agonía,
Una
excitación que se pierde en noches áridas,
Un
duelo entre el hambre de los sentidos y la realidad
De
la dura fatiga de la costumbre.
Hay
cadenas que pesan
Más
que el tiempo y la distancia y, sin embargo,
Entre
tú y yo hay infinitas formas de ser uno
Y
eternas maneras de amarnos en la otra cara del sol.
30
de enero de 2011
cerodriguezs@hotmail.com
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