En
esta tercera noche toqué tu puerta
Como
quien pide permiso para entrar
En el
Paraíso. Abriste como siempre y miré
Tu
frágil humanidad: Estabas tan perfecta
En tu
vestimenta de rojo y negro.
Botas
de cuero negro símbolo de control y dominio,
Un
pantalón negro con el talle en tu costillar,
Rojo
el suéter para el frío y una negra bufanda
Que me
hizo recordar una carta del Tarot.
Ah,
esos colores amada mía. El rojo que expresa
Pasión
que desea expresarse. El negro para los que quieren
Pasar
desapercibidos y que denota el drama interior
De una
duda. Tuve la impresión de que eras una
Dama
en reclusión y ayuno. Tenía frío, te escuché
Decir
en algún momento. Nos dimos un breve beso
Pero
luego quise ser audaz y apasionado. Después, la íntima
Caricia
rechazada, el increíble argumento para
Justificar
el gesto imperecedero. Algo de ese momento
No me
dejó dormir. Fue una noche perdida
En el
Vacío del tiempo y de la eternidad.
12 de enero de
2012
cerodriguezs@hotmail.com
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