Volví
a tocar tu puerta pero esta vez
Con la
gentileza de quien guarda un secreto.
Nuevamente
me dejaste entrar. Yo tenía
El corazón
fuera de sí por la emoción
Y los
sentimientos. Esta vez había algo más
En tus
besos. La firmeza de quien sabe lo que quiere,
La
alegría de compartir con ese otro
Que
habita en tu corazón y en tu memoria
Y que
en el íntimo lugar de tu lecho a veces no te deja
Dormir.
Esa noche tan diferente a esa primera noche
Pero
tan infinita y llena de ese suave erotismo
Que
solo tú sabes transmitir cuando tu alma apasionada
Desea
urgente una entrega más allá de los límites
De la
cotidianidad y del hastío. Como no mencionar
Al
anís que en esencia tiene el sabor de las maravillas
Y que
están en ti como un regalo de abril. Esa noche,
Amada
mía, había en el cielo de tu ventana una luna
Llena
que hablaba de ti y de mí, calladamente.
12 de enero de
2012
cerodriguezs@hotmail.com
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