Hoy es 31 de marzo de este año signado
Por avatares y por nerviosos pleamares
Que han asolado las costas de mi corazón
Y los insomnes símbolos de mis sueños.
Aún así, la espero en esta tarde de 33°
Grados bajo la sombra, con su atmósfera
Cargada de esperanzas y de saudades
Por deseos de otros ámbitos de la realidad
Donde podamos soltar mariposas de fuego,
Caballos lorquianos y ver una lluvia líquida
De rosas y semillas de Venus que fecunden
Cada lugar en donde haya dos seres que se amen.
Como por arte de Merlín o por una metáfora
Del bardo de Stratford-upon-Avon
Está aquí, en esta isla a la deriva.
Siento que penetra en mis sentidos
La energía de su Montaña de la Luna
Y percibo el vuelo ardiente del Colibrí
Que me quema la médula del alma.
Acaricio su cabellera que cae como
Una cascada nocturna sobre
Sus hombros de nácar,
Beso con una especie de frenesí la fresa
De sus labios que es más dulce
Que todo el maná del Éxodo que caía
Entre dos capas de rocío sagrado.
Cuando la abrazo y sus mejillas
De impoluta dama rozan mi pecho y su aliento,
Como la punta de una estrella
De una insondable galaxia,
Hace arder mi sangre
Siento que por mis venas desbocado
corre un río
Cargado de ser y no ser, de madrugadas
Y amaneceres… pero también se desplaza
Sin freno un vértigo de esperanza
Que me da la sensación de ir hacia un vacío
Del tiempo y de la nada.
Cuando estoy entre sus piernas, más finas
Que de la amada del Cantar de los Cantares,
Y sus brazos de santa acarician mi cuerpo
Sé que es el momento en que me convierto
En un viajero que va más allá del génesis
De su primer abril
Y del arduo laberinto de su corazón.
31 de marzo de 2013
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