viernes, 19 de abril de 2013

Noche XIII




Pensar en ti es subir a tu morada
Como si fuera el Monte de los Olivos,
Imaginar tu abrazo de pasionaria,
La púrpura urgente de tu boca sobre
Los labios míos,
La fragancia de ángel que despide tu cabellera,
Tu risa de un abril enfurecido de amor,
Contemplar la transfiguración de tu rostro,
Sentir los ardientes lirios de tus manos 
Vagar por mi cuerpo, tu respiración de fuego,
Donde mi alma se consume con ímpetu,
Llevándome a un mundo de sensaciones,
De luz y de embelesos.
Ir a tu encuentro es andar por una gruta
Con pasos de hombre que no dudan,
Llegar a tu puerta y recordar un verso de Pessoa,
Percibir que mi corazón ya no es un corazón,
Sino cientos de corazones que en una misma noche
Sueñan el mismo sueño de los que aman.
Verte ante mí, envuelta en una seda tejida en el oasis
De un desierto o a la orilla de un río de estrellas,
Parecías la amada del Cantar de los Cantares,
Infinita en tu amar, sorprendente  en tus pasiones,
Pródiga en cariño, tan sensible como rosa profunda,
Amada seas entre todas las mujeres, musité como quien
Transmuta una oración o busca la bendición de Dios.
En esta noche, cuando en el cielo está la misma luna de hastío
Que contempló Shelley, me llevas a una isla 
que no conozco pero de cuyas calles
Y cuyo aire ya tengo un recuerdo. Oh, paisaje
Amado y sentido; y, ebrio de pasión y poesía por ti, consideré
En algún momento tú y yo, solitarios por la costa,
Caminando por doradas arenas. Ah, el mar de tus ancestros.
Quimera destinada a morir sin piedad.
Pero la noche llama a las almas para que se junten
Y ardan en llamas de pasión, para que los cuerpos ensayen
Sus percepciones de inmortalidad, para que tú sepas que en tres
Ofrendas cabe la vida, la dicha y un “te quiero” infinito
Que destruyen los puñales circulares de lo imposible.

Del 14 al 17 septiembre de 2012
cerodriguezs@hotmail.com

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